En esta ficha hay que pintar la escala de TONO completa, en la corona exterior del círculo cromático.
Esta porción del CÍRCULO CROMÁTICO se ha de pintar con lápices de colores (aunque si tienes témperas, en casa puedes intentarlo y traerlo a clase para corregirlo).
Recuerda poner cada tono bien ordenado:
- los 3 tonos primarios: AMARILLO, AZUL CIAN y MAGENTA
- los 3 tonos secundarios justo en la mitad de camino entre los dos primarios que unidos los producen: VERDE, ROJO y VIOLETA
- y los 6 tonos terciarios intermedios resultantes de mezclar un primario con un secundario. Los podemos llamar con números como las clasificaciones de Pantone, pero vamos a llamarlos con algunos nombres de elementos de la naturaleza para aclararnos: NARANJA, FRAMBUESA, PÚRPURA, ÍNDIGO, VERDE MAR y VERDE LIMA.
Por último, escribe sus nombres al lado, para recordarlos.
Opción: puedes pintar en casa las dos coronas interiores oscureciendo con mucho cuidado cada tono, puesto que con la mezcla de todos los colores-pigmento sale el negro.
colores pigmento -
magenta + amarillo + azul cian
rojo + verde + azul violáceo (añil)
La evolución en la Tierra ha sido posible gracias a nuestro Sol, a su energía. Y digo su energía porque no sólo da luz. Esa energía llega en un espectro de radiación que abarca un extenso abanico de longitudes de onda (o de frecuencias, según cómo lo midamos), es decir, desde los varios Km a una billonésima de metro (o lo que es lo mismo: de las 10.000 a los 10 trillones de vibraciones por segundo).
COLOR.
Nuestra capacidad de visión se centra en una pequeña parte de todas esas frecuencias que emite el sol (o cualquier otro cuerpo más caliente que el 0 absoluto: 0ºKelvin). Este estrecho espectro lumínico, al que llamamos COLOR, va desde los 380 a los 780 nanometros (o lo que es lo mismo: 1000 billones de vibraciones por segundo). Esto abarca de lo que llamamos violeta hasta el rojo.
Casualmente, o evolutivamente, el sol es amarillo (ante nuestros ojos), porque la mayor cantidad de energía que emite nos llega en esa frecuencia. Así, nuestros sensores fotoeléctricos naturales se han ajustado a partes iguales a ambos lados del amarillo.
La luz visible se refleja en los objetos y seres. Una parte la absorben y el resto que nos llega tiene una frecuencia de vibración que nuestro ojo se encarga de diferenciar mediante un complejo mecanismo de control de la cantidad de luz, enfoque y percepción, para mandarla, por último, a nuestro receptor en el encéfalo y que nuestro cerebro decida qué hacer con esa información.
Las principales partes del ojo humano son, de fuera a dentro:
conjuntiva
córnea
humor acuoso (cámara anterior)
iris
cristalino
nervio óptico.
Es en la retina donde se encuentran las células fotosensibles: los conos y los bastones; las primeras, que se concentran en la fóvea, detectan el rojo, el verde o el azul índigo, y las segundas, básicamente, si entra luz o no. La combinación de todas ellas nos puede llegar a detectar 16 millones de combinaciones de colores.
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